La técnica del ninguneo

El ninguneo


" Ningunear es un verbo que refiere a ser ignorado a sabiendas por el otro. Es decir, simular un desconocimiento de la persona, sabiendo perfectamente de quién se trata.

Dicen que la ignorancia es el peor de los castigos, por eso, cuando una persona ningunea a otra, persigue tras ese objetivo la dolorosa acción de la ignorancia.

Es habitual que el que ningunea lo haga para disminuir un supuesto caudal de altruismo del ninguneado.

Ningunear es como desmerecer el caudal creativo del vecino sólo por una cuestión de proximidad. “¡Como va a ser famoso si vive en la esquina de mi casa!” Se rebaja ese potencial cambiando los adjetivos reales por otros inventados que, en general, tienden a la degradación.

Como se ve el ninguneo es polémico y cruel.

Conlleva en el comentario una carga de resentimiento y mala intención ya que se aleja de la crítica constructiva para orientar su objetivo en la destrucción.

Reconocer la debilidad de los otros es justificar la propia. Es dar un lugar a la propia mediocridad. Es la tranquilidad de saber que no hay ninguna cima de ninguna montaña: todos nos igualamos ante la miseria de nuestras propias imposibilidades.

Hace un tiempo, el semiólogo italiano Umberto Eco se preguntaba acerca de la popularidad de algunos presentadores de televisión que siendo tan poco inteligentes, tan poco cultos, tan poco carismáticos tenían una enorme audiencia que resultaba incomprensible.

Sin embargo, Eco halló la respuesta en la propia pregunta. La gente los seguía porque eran poco inteligentes, poco cultos y poco carismáticos. Se identificaban con ellos porque, si un mediocre cualquiera podía acceder a las más altas luminarias de la televisión, también ellos podían sentirse reconfortados en la vida.

El ninguneo reafirma el propio ego. Fortalece el yo a partir de la comparación con el otro con la condición que debe ser otro rebajado y devaluado. Según Octavio Paz, el ninguneo se relaciona con el miedo a la crítica y a la disidencia intelectual. Se da cuando una persona por desconocimiento o ignorancia transforma las diferencias de opinión en querella personal. Se opta entonces por ningunear para no enfrentar la crítica con argumentos. Octavio Paz en el Laberinto de la soledad dice que “El ninguneo es una operación que consiste en hacer de Alguien un Ninguno”.

El ninguneador no es capaz de realizar las cosas que él critica, aunque las combata ferozmente. Los ámbitos donde el ninguneo se hace presente son infinitos. No sólo se da entre las celebridades, sino también en el seno de la vida familiar a través de la falta de reconocimiento o de la crítica permanente. Pasa en muchas familias que se ningunean unos a otros y que, en definitiva, todas son manifestaciones solapadas de violencia.

Por lo general, el ninguneador no suele darse cuenta de lo que hace y hasta le parece normal, sin embargo, en su no intencionalidad radica su peligro. Al tratarse de un mecanismo de defensa, no hay, en un principio, conciencia de la aplicación de ese mecanismo. El ninguneado sufre un desprecio de base, ya que lo que hace bien no es reconocido nunca.

Se denomina Ley del Hielo a la técnica empleada habitualmente por los niños y niñas para demostrar un desagrado o desacuerdo hacia otro niño. Vulgarmente cuando esto ocurre se dice que un chico está empacado. Consiste en no dirigir la palabra hacia la persona a quien se le ha de aplicar dicha práctica. Esto significa que las personas ignoran al individuo cortando la comunicación oral; por lo tanto, al no hablar, la comunicación se torna frustrante, y la persona es marginada por el trato frío ("como hielo") por parte de los otros.

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