viernes, 10 de septiembre de 2010

Cómo coordinamos grupos según Lic. Vilaseca

Transcribimos un fragmento del trabajo de Vilaseca en las Jornadas 2002 del Instituto de Investigaciones grupales porque nos parece que 10 años después sus ideas continúan vigentes:
"¿Qué significa coordinar grupos hoy donde impera la tendencia a la fragmentación?Un aspecto ante el cual considero fundamental tomar posición tiene que ver con la violencia.Una definición que me parece interesante es la que sostiene que violencia más alla de sus formas es lo que desconoce al otro como sujeto y lo reduce a la condición de objeto.Es desde este punto de vista que considero que el lugar del coordinador se caracteriza como lugar de la escucha y de la interrogación. El coordinador es sostenedor del silencio, como espacio de escucha, generador de condiciones de seguridad psicológicas y articulador de una fratría, posibilitador del juego dramático, atento a pesquizar y puntualizar desvíos, diferencias, cortes, tanto a lo qué se dice, cómo a la manera en que se lo dice y desde dónde.En este sentido me interesa plantear la diferencia entre opiniones personales y afirmaciones universales en las maneras posibles de intervención que se pueden favorecer en el grupo. Moreno nos hablaba del compartir como la instancia en que tengo la oportunidad de entrar en diálogo a partir de exponer mi punto de vista desde mi experiencia personal, desde mis resonancias reconociendo lo subjetivo de mi mirada y mi opinión. La importancia de hablar en nombre propio como manera de no desautorizar/violentar al otro, los otros y dando valor a la palabra propia, permite subrayar el sesgo de cada uno en el aporte a la producción colectiva, al collage grupal y generan las condiciones para el enriquecimiento de cada uno con lo de los otros.Así, nadie es dueño de “la verdad” sino que cada uno se hace cargo de su interpretación, lectura de los hechos.De esta manera aparece lo de cada uno, caso por caso, es tenido en cuenta, reconocido e incorporado. Para ello es preciso sostener la tensión de la sorpresa y alojarla desde una actitud hospitalaria para darle la oportunidad de que produzca. Por este camino se habilita como solemos metaforizar el “todos para uno y uno para todos”. Ante la sorpresa frente a las conductas de las que somos capaces los seres humanos en todos los sentidos, ante una naturaleza que aparece como dominada pero sigue siendo incontrolable, así como frente al misterio de la vida que logramos prolongar pero que continua siendo finita, me sigo haciendo preguntas en relación a los grupos y los invito a continuar interrogandose". Lic Guillermo Augusto Vilaseca Jornadas 2002 del Instituto de investigaciones grupales

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